martes, 22 de octubre de 2013

El alma de los muebles. Silla, armario y lámpara.



Silla. La silla nunca está sola. Los auspiciados por la silla son gregarios y se necesitan en buen número. Sin embargo, ocupan demasiado espacio cuando es necesaria la soledad. La silla es dócil; se deja crujir y rajar. Derrocha su servicio esperando ser reconocida y algún día dejar de ser el mueble que se pliega o se guarda debajo de la mesa la mayor parte del tiempo. Tan necesaria como reemplazable.



Armario. Hay una parte del armario que ordena la ropa u objetos cotidianos. Pero la mayor parte del armario es para lo que no se vuelve a usar o nunca hemos usado. Permanece en el fondo o en el altillo, oscuro, olvidado. El signo del armario acumula nostalgias e insatisfacciones. Cuando cumple años sus bisagras cantan tristes. Monumental e inamovible como un mausoleo; nadie conoce todo lo que contiene.



Lámpara. Una luminaria está desplazada al techo u oculta por una mampara. Sólo deseamos sus efectos porque mirar directamente duele. La misión de la lámpara es mantener a raya la oscuridad y su constancia es tal que las personas se han olvidado de que existe una lucha. Pero si un día las lámparas se rindieran las personas se quedarían inmóviles, aterradas. Hay ojos que por la noche velan por nosotros. Están ahí.

3 comentarios:

  1. Perfectas sus definiciones, Perplejo. Con su permiso yo aporto algunos datos más:

    Las sillas suelen ser compactas de nacimiento, salvo las del Far West que de puro endebles se quebraban sobre las espaldas de los parroquianos del Saloon.

    Los armarios son oscuros pero resultan, al parecer, un perfecto escondite para muchos gays.

    Las lámparas son solo ostentación. La verdadera maravilla la producen las bombillas pero nadie las admira como merecen.

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  2. La verdad es que pretendía que se identificaran con un mueble. Creo que horóscopo IKEA hubiera sido menos confuso.

    De todos modos gracias por extender sus significados. Conste que en "lámpara" he entendido la bombilla, elemento imprescindible para ser considerada como tal. Y sí, las hemos olvidado, con lo importantes que son, de pura costumbre. Un día se vengarán, se lo digo yo.

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  3. Quiero manifestar mi apoyo a las sillas.

    Un abrazo.

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