lunes, 16 de septiembre de 2013

No tengas vergüenza. ¡Nunca!

Hemos descubierto que no sólo se compite por un puesto de trabajo. El cariño, la admiración, la diversión o el control también son bienes por los que hay que opositar y las mañas para la vida son técnicas que estamos lejos de dominar. En el juego de las sillas musicales no van a guardarnos un asiento ni siquiera van a advertirnos de que la música ha parado. Nuestra torpeza es la oportunidad de algún otro. No nos cuidan. Pensadlo bien, estremece: ya no nos cuidan*.

Nos encontramos con que el fracaso ahora es nuestro mejor educador. Tenemos que perdonarnos los errores una y mil veces. Y ya que nos los perdonamos a nosotros mismos, de paso, se los perdonamos a nuestros padres. No podíamos saber que la vida era tan implacable y enmarañada, si lo llegamos a saber, no hubiéramos añadido problemas. Al contrario, les hubiéramos cedido los huevos para que se los comieran. Maldita inocencia la de entonces. No sabíamos que quedaba apuntada una deuda que sería reclamada al crecer.

Pero hemos heredado algo más. Cuando por entonces nos obcecábamos en el error, todavía sin consecuencias, los enfados y los gritos podían estar adornados por una o dos sentencias, marca de fábrica, que solíamos despreciar por folclóricas. Eran expresiones figuradas, a veces podían rimar o tener cierto toque picante o humorístico. Daban la sensación de haber sido repetidas desde los tiempos de Mari Castaña.

Sabían nuestros padres que no las comprendíamos pero, daba igual, las repetían desde las tripas. Después nuestra propia experiencia activaría su sentido, de golpe, en todo su esplendor, produciéndonos pasmo.

Os pido que compartáis esa frase, ese refrán, esa expresión, dicha mil veces por vuestra madre -o padre-  y que ahora está llena de intención y sentido para vosotros. Y si no es mucho pedir, que la desarrolléis un poco. Las iré incorporando a esta entrada hasta que obtengamos un ramillete.

Ejemplos:

Mi madre, notaba que me arrugaba enseguida, me agarraba del brazo y solía decirme enfadada consigo misma:
"No tengas vergüenza. ¡Nunca!"

Mi padre, al hacerme mayor y notar que era demasiado complaciente cuando no merecía la pena y especialmente vulnerable al chantaje emocional, me decía este refrán y seguía comiendo anchoas en aceite:
"Que cada perro se lama su cipote."

También me impactó la frase de una amiga, que antes fue de su madre:
"Hay que estar en lo que se celebra."

La madre de Fila de Mar, siendo ella muy pequeña, cuando hacía algo malo pero gracioso, le decía:
"Me río pero no me río"

La madre de cierzo, en consonancia con la mía, proclamaba:
"El que tiene vergüenza, ni come ni almuerza"

Otra de cierzo, al que conozco, ha hecho suya una frase buenísima, de su abuela, y su explicación deberían leerla en su comentario:
"Ay, hijico, no hago planes más allá de media hora"

La severa sentencia del padre de Ant, contra la que él se rebela:
"Los chulos y las putas, a la vejez los espero."

Aunque LastChild no considera que sea una frase en el sentido estricto, su madre, cuando venían mal dadas, siempre le decía:
"Tú sonríe, siempre."



JuanRa tenía un padre astuto que cuando lloraba él o su hermano les decía:
"No lloréis. Guardad esas lágrimas para cuando yo me muera."
Cuando fue a morir cambió las reglas y tampoco le pareció bien usar las lágrimas en su funeral. Todo era un truco.


La madre de ETDN decía una frase que la tiene loca porque aún no la comprende. Pedimos ayuda:
"P´al tío Paco bueno está el chaleco"

Buena frase de la madre de pretextos cuando perdía los estribos:
"Te veo pero no te veo"

¿Alguien tiene más?


*Aunque a veces, muy de vez en cuando, alguien nos cede su asiento. Comprendemos por qué un amigo es un tesoro. "Gracias porque ya no podía más", le decimos en la pequeña pausa antes de que la música vuelva a sonar y tanto él como nosotros estemos obligados a danzar.

12 comentarios:

  1. Pues aquí va la mía:
    mi madre, cuando nos reñía por algo que habíamos hecho mal pero que no dejaba de provocarle risa (esos típicos comportamientos de los niños que, a pesar de no ser recomendables y de merecer corrección no dejan de ser la salsa de la vida) intentaba ponerse muy seria y nos decía: "Me río pero no me río!"

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  2. Hola amore:

    ¡¡¡Cómo me ha gustado esta entrada!!!, me hubiese gustado de todas formas, porque es preciosa, pero supongo que además, mis circunstancias (padre de niña de casi 5 años y esperando otro para Enero) han ejercido de perfecto caldo de cultivo.

    Te dejo dos, una prácticamente ya la tienes, pero, como dices en la entrada, esta rima (de mi madre): "El que tiene vergüenza ni come, ni almuerza".

    Y la otra es de mi abuela, nosotros nos reíamos cuándo la decía al preguntarle los jueves por la noche si vendría a comer al día siguiente (solía venir los viernes), porque mi abuela era muy dada al teatro y a la queja continua por su mala salud de hierro (murió a los 95), con tono de Margarita Xirgú decía: "Ay, hijico, no hago planes más allá de media hora". Después, aprendidos los caprichos de la vida, frustrados infinidad de planes hechos incluso para plazos menores a esa simbólica media hora, comprendido que soñar está bien pero la realidad dicta sentencia y que sólo existe el presente, y a veces ni siquiera, me he dado cuenta de la gran enseñanza que escondía esa frase y, en sintonía a la maravillosa "me río pero no me río" de A filla do mar (qué buena, también dicha en mi familia), te digo que, ahora, hago planes, pero no los hago.

    Gracias Perple.

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  3. Me han emocionado un poquiño. Prefiero no comentar nada.

    Gracias por su generosidad.

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  4. Ayyyyyy... si es que es que es que.... te comería.

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  5. Mi padre siempre me dijo: "Los chulos y las putas, a la vejez los espero".

    Y yo añado: sí, pero que les quiten lo bailado, oiga.

    ANT

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  6. Quizás se refería a los chulos y putas a tiempo completo, sin más oficio ni beneficio.

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  7. Yo no recuerdo ninguna frase propia de mis padres, salvo los ya conocidos refranes, pero lo que sí recuerdo es que mi madre me animaba a que ante cualquier adversidad, sonriera. No entendía porqué me decía semejante tontería, pues era lo último que me apetecía en los malos momentos, pero ahora sí lo entiendo. Así que su frase, por decirlo de alguna manera, era: "Tú sonríe, siempre".

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  8. Me vale el sentido y va para el saco. Gracias.

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  9. Es usted un caja de sorpresas infinita, Mr Perplex. Agradable siempre.

    Mi padre siempre nos decía: No lloréis. Guardad esas lágrimas para cuando yo me muera.

    Curiosamente después cambió su percepción de las cosas y en su último bando quedan prohibidas las lágrimas en su funeral.

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  10. Mi madre dice una cuyo significado nunca he llegado a comprender, es algo así como: "P´al tío Paco bueno está el chaleco"

    ¿alguien lo ha oído alguna vez?¿Qué demonios querrá decir?

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  11. Esa frase en cuarto milenio la clasificaríamos como caso sin resolver y pediríamos ayuda a la audiencia. No podría ser más críptica.

    De momento la incluimos en nuestro tablón y ya veremos si surge la epifanía. ¿Vendrá a contarlo?

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  12. mi madre cuando perdía un poco los estribos solía decir: " te veo y no te veo"

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